Tiene uno de los nombres más dulces que existen y que, indudablemente la representan floreciente o florecida” “Aquella que florece”.

Desde una temprana edad, el ajedrez capturó su interés. Gracias a la visita e insistencia de un vecino, tuvo su primer contacto con un tablero en una partida improvisada, de la cual no hubo revancha ya que el rival temió   volver a perder contra ella.

 Fascinada por la complejidad del juego y las infinitas posibilidades que ofrecía cada pieza, se sumerge en los primeros desafíos.

A lo largo de su adolescencia, llegaron los primeros torneos, como, por ejemplo, el de Pablo Blanco, en Los Realejos, en el que ocupó el primer tablero al formar con Eduardo Mendoza un equipo municipal.

De manera autodidacta y participando en competiciones organizadas, descubrió las bases de la estrategia y el valor de la concentración en cada partida.

Es por ello por lo que la selección canaria femenina de ajedrez la convoca para unirse a su equipo en 1986.

Poco a poco comenzó a comprender mejor las aperturas y la táctica además de lecciones fundamentales para la vida: paciencia, disciplina, y la importancia de aprender de cada error, – nos cuenta.

A lo largo de los años, aun compaginando sus estudios con otras aficiones, aumentó la participación en campeonatos, enfrentándose a rivales de un gran nivel y viviendo con gran intensidad cada torneo, cada partida.

Cada una de ellas representaba una oportunidad de superarse a sí misma.

Entre sus logros destacados se encuentran viajes entre 1986 y 1987 a Baeza, Jaén, junto al equipo, diversos campeonatos en Las Palmas de Gran Canaria, participación en el III Open Internacional Isla de Tenerife, en el que obtuvo el premio a “La Combatividad”, dotado con 15000 pesetas, y recibido con gran entusiasmo para ella.

 ¡Toda una hazaña!

Sin embargo, lo que más aprecia de su carrera ajedrecística no son los trofeos, sino las experiencias inolvidables que marcaron su trayectoria y le enseñaron la riqueza del juego y el valor de los compañeros y los rivales, – nos dice.

Actualmente, milita en el Club Al Shah Mat de los Realejos, donde ha encontrado una segunda familia.

 Es una mujer firme, decidida y cariñosa. Sabe muy bien lo que quiere y se esfuerza al máximo por lograrlo.

Es detallista y amorosa. Para ella no existe nada más importante que la familia.

A los que cuida con esmero.

Es bondadosa y protectora, por lo que suele ser el centro y el pilar fundamental de su casa.

Responsable, honesta y proactiva.

Por otro lado, Flori, tiene los pies sobre la tierra y no se deja manipular por nadie.

Para ella, el ajedrez es más que un juego: es una forma de ver el mundo, de estructurar el pensamiento y encontrar el equilibrio.

Por fta_admin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *